Actualmente, 40 millones de personas viven con vih en el mundo. Distribuidas a lo largo y ancho del planeta, aunque predominantemente en África.  Sabemos que los avances científicos hicieron y hacen posible que una enfermedad letal hace 40 años hoy sea una condición crónica con tratamiento accesible en la mayoría de los países de la región. 

Sin embargo, cada año  1.300.000 personas contraen vih. no es una cifra menor y es persistente. 

Algo pasó que el vih aparece quedó para los títulos de proyecto, las  conferencias, la compilación de datos epidemiológicos, o la efeméride que abre el mes de diciembre. Algo pasa y algo falta. Falta una comunicación clara en las políticas públicas de salud y de educación sexual integral como herramienta pedagógica, y como estrategia de prevención. 

«Se hace a peluche, no pasa nada» es una frase que hoy no sorprende en una conversación. Es parte de una jerga riesgosa. El eufemismo de tener prácticas sexuales (coito) sin uso de preservativo: a pelo. 

Hoy la prevención del vih contempla un abanico variado de opciones llamadas Prevención Combinada: la primera pieza es el preservativo que previene otras ITS en aumento: la sífilis, una preocupación que atraviesa a Argentina, Paraguay, y Uruguay con las cifras más altas de Mercosur. 

Está la profilaxis post exposición, pensada para casos de abuso sexual o accidentes como la rotura del preservativo. Se compone de medicación antirretroviral y se toma inmediatamente y hasta 72 hs después durante 30 días. 

Ahora bien, frente al desuso del preservativo, y otras prácticas sexuales en auge como  el . En ese caso una de las herramientas vienen instalando con mayor eficacia que el preservativo es el PrEp, Incluso forman parte de los perfiles en las Apps de citas. Pensado para poblaciones con mayor riesgo.. ¿Cómo cuáles? personas que no usan preservativo; o que han tenido alguna ITS en los últimos meses y/o que practican chem sex: el uso intencional de drogas antes, durante y/o después de un encuentro sexo-afectivo para experimentar, deshinibirse, etc. 

Esta herramienta de prevención consistente en un medicamento de toma diaria está bajo cobertura en el sistema público en Argentina y países como Uruguay y Brasil. Otros proyectos están a prueba pero aún no disponibles en todos los países: una inyección mensual o semestral. La última tiene un costo de 28 mil dólares anuales. El derecho a la salud queda desdibujado entre el  lobby de los laboratorios y la decisión política de los gobiernos sobre lo que entienden por acceso a la salud pública.