El 23 de enero de 2025 el presidente argentino leyó su discurso en el Foro Económico de Davos. Volvió a insistir sobre la injusta y violenta noción de justicia social. En su performance internacional se despachó contra la “ideología woke” y/o “wokismo” en un discurso colonizado desde los conceptos hasta los casos ejemplificadores que utilizó para patologizar las sexualidades no heterosexuales, criminalizar a la migración y advertir sobre el peligro de perder la soberanía por el autoritarismo de la agenda de los organismos internacionales. 

La performance de Davos, además de bufonesca y abusiva, tantea el humor preelectoral y sobre todo entretiene, mientras avanza el vaciamiento de los recursos públicos destinados a la ejecución de la cobertura social y sanitaria y de educación. Para ello apela además a la debilitación y al terror. Unos días después de Davos posteó «Los vamos a ir a buscar. Zurdos hijos de puta. Tiemblen». El mensaje resiste toda naturalización del estilo violento de Milei. Es grave y perturbador proviniendo de un jefe de Estado. No sólo porque contradice toda proclama a favor de la libertad sino porque advierte a sus disidentes que serán perseguidos.