Son espacios para dialogar entre movimientos sociales; para entrelazarnos, sumarnos, multiplicarnos. Son días de intercambio entre sindicatos, grupos de las disidencias sexuales y de género, organizaciones afrodescendientes, feministas, pueblos indígenas, personas con discapacidad, organizaciones de lucha por la tierra y otros. Ya no se pueden plantear las luchas sin intersecciones porque somos intersecciones. Desde Akãhatã sabemos que la lucha no es solo una, que es posible construir articulaciones. El desafío es aprender a moverse de la propia perspectiva, ampliar las miradas y caminar. Por eso soñamos con esto y por eso lo vivimos.